domingo, 19 de julio de 2009

Twitter calienta la protesta pero no genera rebeliones callejeras

"Ojalá los revolucionarios de antes hubieran tenido Twitter", expuso al diario El País de Madrid Enrique Dans, profesor de sistemas de información del IE Bussiness School y bloguero.

"Su capacidad es la de calentar una protesta, amplificarla y acelerarla. Es muy fácil crear adhesiones, lo difícil es trasladarlas al mundo real", explicó Dans y añadió: "La chispa que prende una protesta virtual casi siempre viene de un hecho. Ocurrió con la represión en Tíbet el año pasado, y ha ocurrido en Irán. Las redes sociales amplifican la protesta, pero aún no la suscitan".

Aunque no incite a salir a la calle, el movilizar la solidaridad y la adhesión de centenares de miles de personas sobre lo que ha ocurrido en algún lugar del mundo es realmente importante y sobre todo cuando mediante esta herramienta se ha podido sortear la censura.

Según reporta el diario el diario madrileño lo que ha ocurrido en Irán ya es un cambio. Ramine Darabiha, es un joven francés de 25 años, pasó la madrugada del 13 de junio pegado al ordenador en Finlandia y a unos 3000 kilómetros de Teherán y estaba igual de atónito que sus padres en París y que sus familiares y amigos en Irán por el hecho de que tanto Moussavi como Ahmadinejad se atribuyeran la victoria en las elecciones.

Primero rastreó las webs de noticias y al poco tiempo se topó con cientos de mensajes en Twitter que llevaban dos palabras recurrentes: fraude y censura. Así supo que la red social Facebook estaba bloqueada, igual que los móviles.

Esa noche se encendió una inmediata, gigantesca y global cadena de mensajes, de no más de 140 caracteres, para opinar, protestar y solidarizarse con los iraníes a través de la red social Twitter y Darabiha -como cientos de internautas- dio un paso más y contribuyó a crear puentes, que no dejaran rastro de dónde salía ni adonde iba la información, para que los iraníes pudieran sortear la censura.

En ese sentido, un estudio de The Web Ecology Project , adscrito a la Universidad de Harvard, el Berkman Center y el Massachusetts Institute of Technology (MIT), registró entre el 7 de junio (antes de las elecciones) y el 26 algo más de dos millones de mensajes en Twitter sobre el proceso electoral en Irán. Unos 480 mil usuarios únicos se sumaron a la conversación. Los medios de comunicación y las agencias, cuyos corresponsales sufrieron la censura cuando no fueron expulsados de Irán, bautizaron el fenómeno como la revolución Twitter.

Sin embargo, en el análisis de cómo inciden las redes sociales en contextos de crisis se cuela un sabor agridulce. "Los medios de pronto se han fijado en Twitter quizá porque los periodistas no tenían otro modo de acceder a la información. Es un gran medio de comunicación, pero no para organizar manifestaciones, por ejemplo", explicó Hamid Tehrani, responsable de los contenidos sobre Irán de Global Voices Online, una potente plataforma de blogs de protesta en la Red, y explicó: "Los líderes reformistas tomaron la decisión de salir a la calle en el mundo real y luego usaron distintas redes para difundirlo porque eran los únicos canales que tenían".

Asimismo, en opinión de Diego Beas, un analista político que prepara un libro sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la política de los Estados Unidos, "los medios buscan identificarse con las redes sociales, tienen gran interés en incorporar Twitter o Facebook y vídeos de YouTube. Se ha visto con Irán, cuando los medios tradicionales abrieron en sus webs un canal de Twitter. Pero aún es pronto para saber qué alcance real ha tenido esa red social en las elecciones y en la posterior protesta".

Es que Twitter es velocidad e intensidad. Anticipó que el depuesto presidente de Honduras Manuel Zelaya no podía aterrizar; que se dirigía a Nicaragua y luego a El Salvador; que había muertos y heridos. Pero horas después desapareció de los temas más comentados. No hay tiempo ni espacio para el análisis

jueves, 9 de julio de 2009

Diseñaron el auto más pequeño del mundo

El Instituto de Biomecánica diseñó un nuevo concepto de vehículo urbano eléctrico, Urban Car, de peso reducido siguiendo criterios de movilidad para la ciudad orientado a las necesidades actuales de las personas mayores. Este proyecto fue cofinanciado por el fondo europeo de desarrollo regional a través de IMPIVA.

Es un auto que se desarrolló utilizando las técnicas más novedosas de ingeniería emocional para conseguir diseñar un producto final que refleje preferencias, hábitos de uso, necesidades y expectativas de los usuarios finales. Esas técnicas van desde estudios ergonómicos hasta los análisis de tendencias, paneles de usuarios, context-mapping y estudios cuantitativos.

Urban Car es el vehículo urbano del futuro que se destaca por tener dimensiones muy compactas (mide sólo 3.20 metros). Está pensado para el tráfico urbano, con capacidad para cuatro personas y asientos traseros modulables para habilitar espacio como maletero. Sus dos puertas corredizas permiten el acceso en los aparcamientos más ajustados y su techo acristalado, que aumenta la visibilidad, provoca mayor sensación de espacio y facilita la conducción.

Uno de los aspectos pioneros y relevantes de este nuevo coche es que tanto en la elección de la línea del diseño exterior como en la distribución de espacios del diseño interior se tuvo en cuenta la opinión de los usuarios finales.

El "auto del futuro" tiene en cuenta el medio ambiente. Por este motivo, Urban Car es el proyecto que estudió la demanda de los usuarios de los autos eléctricos: estos requieren que tengan baterías con una autonomía de 125 km y de dos a tres horas de tiempo de carga. Las baterías concebidas son extraíbles ofreciendo una mayor flexibilidad al poder intercambiarlas y mantener la autonomía del vehículo.

Además, en el diseño se evaluó qué piezas de metal se pueden sustituir por nuevos materiales plásticos más ligeros y así reducir el peso del vehículo. En este apartado también se investigó cómo sería recibido por los usuarios en su percepción de seguridad. Un dato relevante es que en este sentido, las mujeres confían más en los nuevos materiales que los hombres.

Google desafia a Microsoft

Google dio el paso final. Ese que lo catapultará definitivamente a estar presente en todo el entorno informático: software online y offline, internet, celulares y ahora en el corazón de las computadoras con un sistema operativo.

No será a través de Android, su sistema operativo para celulares, paso que le iban a hacer dar otras empresas, como Acer, al instalarlo en sus netbooks. Google presentó Google Chrome OS porque cree “que la web debe ser el centro de una experiencia de computación. Estamos dando ahora el próximo paso y volviendo a pensar en lo que debería brindar un sistema operativo”.

Y para explicar el motivo del lanzamiento de Google Chrome OS agrega que “la mayoría de los sistemas operativos fueron diseñados en un tiempo en el que no existía internet”.

Google Chrome OS es un sistema operativo de código abierto, especialmente diseñado para netbooks. “En unos meses más estaremos abriendo el código para los desarrolladores y en la segunda mitad del año 2010 estaremos ofreciendo al mercado netbooks con Google Chrome OS”, explicó Google.

Sus características
Chrome OS tendrá una interface de usuario mínima, con la intención de no interferir en la experiencia al utilizar el equipo. La empresa aprovechó para criticar a Microsoft, sin mencionarla: “Estamos concentrándonos en lo básico y rediseñando completamente la arquitectura de seguridad del sistema operativo para que los usuarios no tengan que lidiar con los virus, malwares y actualizaciones de seguridad. La computadora sólo tiene que funcionar”.

Google Chrome OS correrá en x86 así como la plataforma ARM y será ofrecido por varios fabricantes desde 2010.

La arquitectura del software es sencilla. Google Chrome corriendo con un nuevo sistema de ventanas sobre un Linux kernel. Asimismo, Google trató de diferenciar a Android de Chrome OS, y explicó que éste último fue creado específicamente para netbooks y diseñado para usuarios que pasan la mayor parte de su tiempo online.

“Escuchamos mucho a nuestros usuarios y todo el tiempo reclaman una mejor experiencia de computación. Les gustaría poder acceder a sus correos electrónicos en forma instantánea, sin tener que esperar para que sus computadoras y sus browser arranquen. Quieren que sus computadoras funcionen siempre tan rápido como cuando las compraron. Quieren poder acceder a sus datos donde quiera que se encuentren y no tener que preocuparse por perder su computadora u olvidarse de hacer un back up de sus archivos. Más importante aún, no quieren pasar horas configurando sus computadoras para que puedan trabajar con cada nuevo hardware, o preocuparse por actualizaciones constantes de su software. Y cada vez que nuestros usuarios tienen una mejor experiencia de computación, Google se beneficia también por tener usuarios más felices que pasarán más tiempo en internet”, finalizó la empresa.