Cousteix, de 23 años, un profesional de la electrónica, recibió con alivio la sentencia, ya que el delito podía haberle costado hasta dos años de prisión.
La condena fue mayor a la solicitada por el Ministerio Fiscal, que sólo pedía dos meses de pena.
Cousteix fue detenido el 24 de marzo por la ciberpolicía francesa y estadounidense.
El francés se defendió ante el tribunal argumentando que no había destruido nada al entrar a la cuenta del presidente de los Estados Unidos. Y agregó que su delito fue una "acción preventiva" para "alertar a los internautas" sobre la elección de sus contraseñas.
El joven también entró a las cuentas de la cantante de pop estadounidense Britney Spears y de Evan Williams, uno de los cofundadores de Twitter.
Para lograr entrar en las cuentas de Twitter, el joven buscaba información privada en Internet sobre los empleados de Twitter y a partir de estos datos daba con sus palabras clave. Al entrar en una de las cuentas, tuvo acceso a los correos electrónicos de uno de los empleados. Allí se mencionaba cómo ingresar en las cuentas siendo administrador.
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